Está decidido, me mudo. Y lo hago sin mover un sólo dedo. Y no, no es que haya contratado a un ejército de hombres para hacer todo el trabajo sucio por mi. No va por ahí. La mudanza de la que hablo no requiere ningún tipo de esfuerzo físico.
Me mudo de mente, he decidido trasladar mis pensamientos a un espacio más luminoso.
Empaquetar sólo lo importante, hacer limpieza interior y tirar a la basura preocupaciones inútiles.
Busco para mi nuevo hogar mental una remodelación absoluta. Reestructurar mis ideas, encontrar un espacio lo suficientemente bueno para guardar mis viejas pasiones a buen recaudo, perder por fin el miedo a que se marchiten del desuso o a que se pierdan en el olvido. Requiero una amplia habitación para querer mucho y bien, con un gran vestidor para cambiarme de máscara. O para quitármela. Quizá en este nuevo hogar deba eliminar el vestidor.
Quiero las paredes de un color crudo, como la vida, que un toque de realidad de vez en cuando nunca viene mal. Puede que también tire algunos muros para dejar la mente más abierta.
Me mudo a un espacio que me permita sentirme más segura, y disfrutar la felicidad de ser yo misma y bailar por la casa con el alma desnuda sin miedo a que me juzguen los vecinos.
Por supuesto no puede faltar en mi nuevo terreno un gran jardín para plantar ideas y nuevos proyectos. Me comprometo a regarlas a menudo, exigiré a mis invitados respetar el cartel de “No pisar”. Porque quien tiene la osadía de pisarte las ideas merece salir de tu vida y no ser invitado a entrar nunca más.
Necesitaré también una piscina en la que ahogar las penas, un espacio acuático al que lanzar deseos a golpe de moneda, al que lanzarme yo misma para perseguirlos, aún a riesgo de que se vacíe por el impacto de mis malas decisiones.
Me mudo, porque mudarse es necesario cuando la vida que llevamos se nos queda pequeña.
Me mudo, porque mudarse es cambiar, inaugurar etapas.
Me mudo, porque mudarse es adaptarse a nuevos entornos, conocer gente nueva.
Mudarse es evolucionar, experimentar, empezar de nuevo.
Me mudo, luego existo.